Redacción – Pasión X El Deporte | 17 de octubre 2025
Olvide los tres premios MVP, el anillo de Serie Mundial y la temporada 50-50: el pasado viernes, el mundo del deporte fue testigo de «El Partido de Ohtani». A pesar de un rendimiento discreto en los tres juegos previos, la superestrella de Los Angeles Dodgers fue nombrada MVP de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional (NLCS) tras protagonizar una de las actuaciones individuales más grandes que se recuerden, no solo en el béisbol, sino en cualquier deporte de equipo.
Con su equipo ya con ventaja de 3-0 en la serie, Ohtani alcanzó el pináculo de su capacidad como jugador de dos vías en el Juego 4. El japonés conectó tres cuadrangulares en la caja de bateo mientras que en el montículo lanzó seis entradas en blanco con 10 ponches. La victoria de los Dodgers por 5-1 en un delirante Chavez Ravine selló su pase a la Serie Mundial, pero fue la gesta de Ohtani la que hizo historia.
Dominio Inédito en el Primer Episodio
La gesta comenzó en el primer inning, una entrada que por sí misma podría ser considerada la mejor actuación individual de un jugador en un solo periodo. Ohtani subió al montículo para su segunda apertura de postemporada y sorteó una base por bolas inicial propinando tres ponches consecutivos al corazón más peligroso de la alineación de los Brewers.
- Jackson Chourio: Abanicó un recta de 100.3 mph.
- Christian Yelich: Se quedó congelado ante una recta de 100.2 mph.
- William Contreras: Despachado con tres lanzamientos, el último de ellos un sweeper descomunal de 87.6 mph.
A diferencia de cualquier otro lanzador abridor en las Grandes Ligas, las responsabilidades de Ohtani no terminaron ahí. Inmediatamente se puso el casco y conectó un jonrón de leadoff ante su contraparte, José Quintana. El estacazo no fue discreto: el japonés destrozó la pelota a 115.6 mph, enviándola 446 pies hasta el pabellón del jardín derecho.
Dos Vuelacercas que Salieron del Estadio
Tres entradas después, Ohtani superó su hazaña anterior. Conectó un cutter del relevista Chad Patrick, enviando la pelota aún más lejos. Este segundo cuadrangular, a 469 pies y 116.9 mph, abandonó completamente el Dodger Stadium. Todo esto ocurría mientras mantenía a los Cerveceros sin carreras.
El tercer jonrón de la noche llegó más tarde. Enfrentando al derecho Trevor Megill, Ohtani castigó una pelota a 113.6 mph hacia el jardín opuesto, ampliando la ventaja de los Dodgers a 5-0.
Mientras tanto, en el montículo, Ohtani simplemente continuó doblegando a Milwaukee. Terminó su labor con 10 ponches, tres bases por bolas y solo dos hits permitidos. Su repertorio de siete lanzamientos alcanzó las 100.3 mph. Solo su actuación como lanzador ya habría sido estelar.
Para ponerlo en perspectiva, el desempeño de Ohtani superó con creces el resto de las salidas de los abridores de los Dodgers en esta serie, incluyendo las salidas dominantes de Blake Snell y Yoshinobu Yamamoto. La noche de Ohtani concluyó de manera anticlimática en el montículo con una base por bolas y un sencillo en el inicio del séptimo, pero su relevo, Alex Vesia, mantuvo el cero. Minutos después, Ohtani conectaría su tercer bambinazo.
En total, Ohtani conectó las tres pelotas más duras y más largas de la noche, lanzó los 11 pitcheos más veloces y lideró a todos los lanzadores en swings en blanco. Ningún otro jugador en la historia del béisbol es capaz de combinar tales proezas en un solo partido, y es posible que no volvamos a presenciar algo igual. El miedo que los Brewers le tenían al japonés, demostrado al intentar frustrarlo lanzándole abridores zurdos en cada oportunidad, se justificó rotundamente.