
Por: Miguel Santana | @SantanaDeportes
En las culturas de Grecia y algunos países de habla hispana, se considera que el martes 13 es un día de mala suerte, pero para poder sobreponerse a la adversidad y cerrar esta primera doble fecha de Eliminatorias en una buena figuración, Venezuela necesita dejar atrás cualquier creencia y das un golpe de autoridad sobre la mesa. Eso sí, Paraguay no será un rival sencillo, tomando en cuenta su historia, la calidad de jugadores que tiene y por encima de todas las cosas, el presente que atraviesa.
José Peseiro tiene por delante un reto gigantesco: hacer competir a una selección que no mostró su mejor imagen en Barranquilla, porque aun y cuando era previsible perder ante Colombia, el primer tiempo vinotinto dejó un increíble sinsabor, del cual los locales sacaron máximo provecho, para después estacionarse sobre el resultado y apenas cabalgar en la segunda mitad.
Ya era demasiado no contar con Salomón Rondón, Josef Martínez, Junior Moreno, Yordan Osorio y Mikel Villanueva, como para ver a un elenco vinotinto, en muchas ocasiones, hasta inoperante. La no inclusión de Yeferson Soteldo, ni siquiera en la banca, producto de haber arribado a suelo colombiano apenas horas antes del partido, también generó dudas.
Históricamente, siempre han sido los paraguayos rivales fuertes, y más cuando tenemos en cuenta que el proceso de renovación que atraviesa este seleccionado, les hace contar con valores de nuevo cuño, que quieren lucirse con el firme propósito de volver a un Mundial 12 calendarios después. 27,1 años es el promedio de edad de esta escuadra, que liderada por los centrales, Gustavo Gómez y Junior Alonso, no quiere desentonar en Mérida. Ya vimos contra Perú su capacidad de jugar por los costados, a base de pases filtrados y un sello histórico: la definición aérea.
¿Tiene Venezuela la obligación de ganar en casa? Sí, pero la pregunta es: ¿tenemos los argumentos necesarios en el juego asociado como para triunfar en esta ocasión? Poco tiempo de entrenamiento, falta de claridad a horas del pitazo y cierto temor tras lo visto en el debut, complican el panorama.
Algunas variantes tácticas no vendrían mal: Otero desde el vamos y Aristeguieta en el frente de ataque, son apellidos que suenan con fuerza para ser incluidos en el choque desde su inicio. Lo cierto del caso es que solo algo está claro: sin importar la manera, solo sirve ganar. Cualquier otra cosa, sería arrancar con el pie izquierdo.