Artículo de opinión | Escrito por: George García Khiyami
La Crónica de una Ausencia Anunciada
La noticia ha sacudido los cimientos del deporte en el estado Aragua: los Toros de Aragua, una de las franquicias con mayor tradición en el baloncesto venezolano, ha anunciado que no participarán en la temporada 2026 de la Superliga Profesional de Baloncesto (SPB). El comunicado oficial, aunque intenta revestirse de una «responsabilidad financiera» al acogerse a un año sabático para buscar sostenibilidad, es en realidad el síntoma más claro de un modelo de gestión que ha agotado sus recursos y su visión.
Como joven de 23 años, formado bajo la convicción de que el deporte es una industria de alta precisión, veo este retiro no solo como una pérdida para la afición maracayera, sino como el fracaso de una gerencia reactiva. En un mundo donde el baloncesto se mueve a la velocidad de los datos y el marketing experiencial, quedarse fuera por «falta de patrocinio» es admitir que no se ha sabido evolucionar el producto deportivo.
El Espejismo de la Cancha: El Legado de 2024 y 2025
Lo más doloroso de esta pausa es que ocurre justo cuando el equipo empezaba a mostrar una identidad competitiva que no se veía en décadas. Históricamente, Toros ha sido un equipo de la parte baja de la tabla, pero las últimas dos temporadas marcaron un punto de inflexión técnico que la oficina no supo capitalizar.
La llegada del DT chileno Pablo Ares en 2025 fue una bocanada de aire fresco. Ares, un estratega acostumbrado a ganar en circuitos exigentes, logró algo impensado: con una nómina modesta y recursos limitados, Toros compitió de tú a tú con las potencias de la liga. Vimos un baloncesto de sistemas, una defensa de ajustes constantes y una explotación inteligente de los recursos en el Gimnasio Rafael Romero Bolívar.
Ares demostró que el talento en Aragua existe y que, bajo una dirección técnica de élite, el equipo podía aspirar a más. Sin embargo, el deporte profesional es una mesa de tres patas: talento, dirección técnica y gerencia. Si la pata gerencial es de barro, la estructura tarde o temprano se desmorona. El éxito deportivo de 2025 fue un espejismo que ocultó una estructura administrativa que no avanzaba al mismo ritmo que la pizarra del entrenador.
La evolución de la Superliga Profesional de Baloncesto
La SPB 2026 no es la misma liga de hace una década; hemos sido testigos de una migración agresiva hacia el baloncesto de posesiones cortas y optimización de espacios. Bajo la influencia de entrenadores como Néstor Salazar, Kako Solórzano o el ‘Che’ Garcia, el juego en Venezuela ha dejado de ser una batalla exclusiva de «hombres grandes» en la pintura para convertirse en un ajedrez de Pace and Space. Hoy, la eficiencia se mide por la capacidad de generar triples en transición y tiros de alta probabilidad (cerca del aro), reduciendo el ineficiente tiro de media distancia. Esta evolución exige una gerencia que no solo contrate «nombres», sino perfiles atléticos versátiles: jugadores capaces de defender múltiples posiciones y con un rango de tiro que obligue a las defensas rivales a estirarse. Entender esta métrica es la diferencia entre ser un equipo que compite y uno que domina.
Con la confirmación del formato para 2026, que integra a 13 equipos en un sistema de «todos contra todos» y 8 clasificados a postemporada, la liga ha elevado la vara de la exigencia física y mental. Ya no basta con tener un quinteto abridor sólido; la profundidad de la banca y la gestión de la carga física (load management) se vuelven activos críticos. Una temporada que inicia en marzo y exige un ritmo de juego vertiginoso penaliza a las organizaciones con estructuras médicas y de preparación física deficientes. La salida de Toros de Aragua en este contexto es particularmente grave, pues ocurre en un momento donde la liga está compactando y profesionalizando sus procesos de inteligencia deportiva, dejando a la plaza maracayera en un vacío de datos y ritmo que será difícil de recuperar.
Crítica Constructiva: El Error de la Dependencia Exclusiva
El comunicado de la organización atribuye el retiro a la falta de acuerdos con la empresa privada a pocos meses del inicio. Aquí es donde mi visión como gerente deportivo difiere radicalmente. La gestión moderna no puede depender de un «cheque de auxilio» o de un patrocinador único.
- Falta de Proyectos a Largo Plazo: No se puede pretender vender un equipo de baloncesto en enero para jugar en marzo. La captación de socios comerciales es un trabajo de 365 días al año que debe ofrecer retorno de inversión (ROI), no solo exposición de marca en una valla.
- El Olvido de las Bases: El baloncesto en Aragua se ha desconectado de su cantera. Un proyecto sólido a mediano plazo implica crear academias y ligas menores que no solo nutran al equipo profesional, sino que generen sentido de pertenencia en las comunidades (Cagua, Turmero, El Limón, La Victoria).
- Inexistencia de Autogestión: En la era digital, una franquicia deportiva es una empresa de medios. La monetización de contenido, la venta de experiencias «VIP» y la creación de una marca ciudad son pilares que Toros ha ignorado sistemáticamente.
Propuesta de Gestión: Hambre Ganadora y Visión Regionalista
Mi propuesta para el baloncesto aragüeño no es una simple reestructuración, es una revolución gerencial. Basado en los proyectos de gerencia deportiva que he desarrollado, entiendo que el éxito se construye bajo tres pilares fundamentales que aplicaría de inmediato:
- Profesionalización y Scouteo Científico:
Basta de contrataciones por compromiso. Propongo una estructura de scouteo basada en datos que identifique el talento regional antes que nadie. Aragua es una mina de oro físico y técnico; necesitamos que el jugador aragüeño sienta que Toros es su destino natural, reduciendo así la dependencia de importados costosos que no sienten la camiseta.
- El Modelo de «Startup» Deportiva:
La gerencia debe ser ágil. Propongo un modelo de autogestión donde el equipo no sea un gasto para el empresario, sino un aliado estratégico. Esto incluye la creación de una plataforma de fidelización para el fanático (fan engagement) y la diversificación de ingresos mediante eventos colaterales en el gimnasio, aprovechando la infraestructura durante todo el año.
- Regionalismo Moderno:
El regionalismo no es solo un sentimiento; es una estrategia de mercado. Mi visión es devolverle a Maracay el orgullo de su equipo, pero con una imagen renovada, profesional y agresiva. Un joven gerente con hambre de victoria no se conforma con «participar»; se obsesiona con crear una estructura capaz de ganar campeonatos desde la oficina hasta el tabloncillo.
Un Llamado a la Acción
El retiro en 2026 es un llamado de atención para todos los que amamos el deporte en el estado. No podemos permitir que el baloncesto profesional desaparezca de nuestra plaza por falta de visión.
Me presento, George García Khiyami, como parte de esa generación de relevo que está lista para asumir el reto. Tengo el conocimiento, la juventud y, sobre todo, el plan para transformar a los Toros de Aragua en una organización modelo dentro de la SPB. Aragua no necesita un año de descanso; necesita una gerencia que entienda que, en el deporte de alto nivel, el que no innova, desaparece.
Es hora de dejar de pedir permisos de ausencia y empezar a construir una estructura ganadora. El futuro del baloncesto aragüeño es ahora, y hay quienes estamos listos para tomar el timón.
Estudiante de Gerencia Deportiva y Visionario del deporte Regional.




