Redacción – Pasión X El Deporte | 16 de junio 2025
Desde su llegada a los Dodgers, Shohei Ohtani ha deslumbrado con su bate, pero una pieza clave de su singularidad como «unicornio» del béisbol —su faceta como lanzador— ha permanecido en pausa. Tras más de un año de una ardua rehabilitación, que incluyó una segunda cirugía mayor en su codo derecho y la firma de un contrato histórico, el fenómeno japonés finalmente hizo su tan esperado retorno al montículo de las Grandes Ligas, abriendo el primer juego de la serie contra los Padres.
La anticipación era palpable. «Lo vi desde el otro lado, desde lejos, cuando estaba con los Angelinos», compartió el mánager Dave Roberts antes del encuentro. «Ahora siento que tengo el mejor asiento de la casa para ver a este tipo abrir un juego y luego tomar un turno al bate. Esto es una locura».
El Dodger Stadium, ya abarrotado mucho antes del lanzamiento inicial y teñido de camisetas con el número 17, compartía ese entusiasmo. Una atronadora ovación recibió a Ohtani cuando salió a calentar, con numerosos aficionados en la línea del jardín izquierdo de pie hasta que se dirigió al bullpen local. El clamor fue aún mayor cuando trotó hacia la lomita, con la melodía de «Feeling Good» de Michael Bublé de fondo.
Ohtani inició su labor permitiendo sencillos consecutivos al dominicano Fernando Tatis Jr. y al venezolano Luis Arráez. A pesar de esto, consiguió su primer out en el decimoctavo lanzamiento de la entrada con un elevado de sacrificio de Manny Machado, seguido de dos rodados que dejaron a Arráez varado en base. En total, realizó 28 lanzamientos (16 strikes), alcanzando las 100.2 mph con su recta de cuatro costuras y registrando 14 lanzamientos que superaron o igualaron las 98 mph.
Tras su actuación en el montículo, Ohtani se dirigió al dugout para prepararse para su turno al bate como primer bateador en la parte baja de la primera entrada, donde fue ponchado por el abridor de los Padres, Dylan Cease.
Para Ohtani, ser un jugador de dos vías es su norma, la esencia de su extraordinaria carrera. Sin embargo, para los Dodgers y su ferviente base de seguidores, verlo plenamente operativo en ambas facetas aporta una emocionante capa de novedad. La organización ha profundizado su aprecio por lo excepcional que es Ohtani al presenciar de cerca su meticuloso proceso de regreso al montículo.
«Creo que viéndolo de lejos, y luego el año pasado solo pensando en lo que vendría, realmente me impactó en Arizona: conecta un jonrón, ganamos ese juego, y al día siguiente está lanzando una sesión de bullpen con repeticiones», relató el gerente general Brandon Gomes. «Y yo pienso, ‘Esto es imposible, ¿no?’ Y son lanzamientos eléctricos, y él está hablando sobre el movimiento de sus pitcheos. Es emocionante desde una perspectiva beisbolera, y también somos fanáticos».
