Redacción – Pasión X El Deporte | 03 septiembre 2025
El primera base venezolano de los Padres de San Diego, Luis Arráez, ha puesto el pie en el acelerador en el momento más crucial de la temporada. A pesar de los recientes tropiezos de su equipo, que ha caído en cuatro de sus últimos cinco encuentros, el desempeño del yaracuyano ha sido formidable, demostrando una vez más por qué es considerado uno de los mejores bateadores de contacto del béisbol. Su objetivo es claro: liderar a los «Frailes Fieles» a su segunda postemporada consecutiva.
Un repunte crucial en un año atípico
La temporada 2025 ha sido inusual para «La Regadera». Por primera vez en su carrera, el jugador se ha mantenido por debajo del codiciado promedio de .300 durante la mayor parte del año. De hecho, si la temporada regular terminara hoy, sería apenas la segunda vez que su promedio cae por debajo de la «línea de Clemente». Sin embargo, en el último tramo de la campaña, Arráez ha encontrado su ritmo. En los últimos cinco partidos, ha conectado hits en cada uno, acumulando un impresionante promedio de .350, con siete imparables en 20 turnos. Su resurgimiento incluye un cuadrangular, cuatro carreras impulsadas, tres anotadas y un OPS de .864, cifras que demuestran su determinación por ayudar a su equipo.
El rey del contacto
A pesar de sus estadísticas fluctuantes, la habilidad de Arráez para hacer contacto sigue siendo de élite. Aunque tiene uno de los peores porcentajes de swings a lanzamientos fuera de la zona de strike, una métrica que lo sitúa en el percentil 12, compensa esta debilidad con una increíble destreza para no fallar. El venezolano se mantiene entre los líderes de la liga en tasa de ponches (2.9%), swings fallidos (5.4%) y encuadre de swings (42.0%).
El dato más revelador es su 92.1% de contacto en lanzamientos fuera de la zona, una cifra que ilustra su excepcional dominio del plato. A pesar de que esta ha sido una temporada atípica, Arráez mantiene las tendencias que lo han convertido en un bateador constante a lo largo de su carrera, demostrando que su envidiable habilidad para el contacto es una de las más confiables del béisbol.