Por Jesús Bello @Je_susGE.
En el Gran Premio de Bahrein de este pasado Domingo, donde, RebBull plasmó su dominio en lo que es la primera carrera de un largo calendario, con el neerlandés Max Verstappen terminando a 11 segundos de su compañero y el mejicano quedando 27 segundos por delante del ultimo escalón del podio, que fue el asturiano Fernando Alonso.
Cualquiera pensaría que con un dominio así, la temporada será bastante “lineal” y sin mayores sobresaltos, pero el domingo, cuando ya todo estaba prácticamente definido, hubo un factor que se pasó por alto, y es que debido a la amplia y clara ventaja que mantenían ambos pilotos de la escudería austriaca desde el muro, les indican a los ingenieros dar una orden a ambos.
Gianpiero Lambiese, ingeniero de carrera del bicampeón del mundo, pidió bajar el ritmo de carrera a 1 min 37 segundos por vuelta, esto con el objetivo de conservar piezas, ya que como sabemos, la temporada es bastante larga, y el hecho de ahorrarse penalizaciones innecesarias les da ventaja a quien puede usar este factor.
Con este tiempo por vuelta podían mantener fácilmente la ventaja ya obtenida ya que el más cercano perseguidor, que era Fernando Alonso estaba marcando estos tiempos, pero Max se niega a bajar el ritmo, excusándose, según las grabaciones de que, si su compañero de equipo no bajaba el ritmo también, él no lo haría, y por los tiempos de “checo” Pérez, parece que el de Guadalajara tampoco lo hizo, siguió manteniendo sus tiempos exactamente iguales.
Todo termina con el ingeniero de Verstappen bastante molesto por la actitud del piloto, y todo esto mostrando una fractura en el seno del equipo de las bebidas energéticas, con pilotos rebeldes, ingenieros hartos o con poca paciencia, que ninguno de estos deja con buena imagen, ante el mundo y los demás equipos al proyecto y puede ser un problema que represente una desventaja si el campeonato llega a ponerse muy cerrado.