Redacción – Pasión X El Deporte | 03 septiembre 2025
Con 38 años, Novak Djokovic se encuentra en una encrucijada crucial de su carrera. El legendario tenista serbio ha alcanzado las semifinales del Abierto de Estados Unidos, un hito que lo enfrenta directamente con la nueva guardia del tenis mundial. Para un jugador de su calibre, dos años sin un título de Grand Slam se sienten como una eternidad, especialmente después de que el 2024 se convirtiera en su primera temporada sin un gran trofeo desde 2017. Para Djokovic, en este punto de su trayectoria, solo los cuatro grandes torneos definen el éxito.
Un camino accidentado y la prueba final
Esta temporada ha sido particularmente desafiante para el tenista. En los tres grandes eventos anteriores, su camino terminó en semifinales, en gran parte debido a lesiones. En el Abierto de Australia, se retiró por un desgarro en el tendón de la corva, y en Wimbledon, una lesión en la ingle limitó su rendimiento. Desde su salida del All England Club en julio, no había vuelto a competir hasta su llegada a Flushing Meadows. Ahora, de vuelta entre los cuatro mejores en Nueva York, enfrenta un camino lleno de obstáculos.
Su próximo rival será el número 2 del mundo, Carlos Alcaraz, de tan solo 22 años. Si logra superar este desafío generacional, podría encontrarse en la final del domingo con el actual número 1, Jannik Sinner, de 23 años. Sinner, el campeón defensor, tendría que vencer a Lorenzo Musetti en cuartos de final y a su siguiente oponente en semifinales. Este cuadro de élite convierte el US Open no solo en una lucha por el título, sino en una batalla por la supremacía entre el veterano que ha dominado la última década y los jóvenes talentos que buscan consolidar su era.