Redacción – Pasión X El Deporte | 27 de noviembre 2025

El dominio absoluto del fútbol brasileño a nivel de clubes en Sudamérica alcanzará su punto álgido este sábado. Palmeiras y Flamengo se enfrentarán en la gran final de la Copa Libertadores en el Estadio Monumental de Lima, una confrontación que asegurará la coronación del séptimo campeón consecutivo proveniente del país amazónico.

Este choque, que representa la quinta final en los últimos seis años protagonizada exclusivamente por equipos del Brasileirao, no solo reafirma la supremacía regional, sino que reescribirá la historia del torneo. El vencedor le otorgará a Brasil su título número 25 en el historial de la máxima competición sudamericana, igualando así el récord de campeonatos conseguidos por los históricos clubes argentinos.

El Prestigio de la Cuarta Corona

El ganador de la 66.ª edición de la Libertadores no solo levantará el trofeo, sino que hará historia a nivel doméstico. Cualquiera que se imponga entre el Verdao y el Mengao se convertirá en el primer equipo de Brasil en alcanzar las cuatro coronas continentales.

Este logro dejará atrás a otros tricampeones brasileños de renombre como Sao Paulo, Santos y Gremio. Además, el nuevo campeón se sumará al grupo de clubes con cuatro títulos, que incluye a los argentinos River Plate y Estudiantes de La Plata, así como a los foráneos Olimpia y Nacional. Solo superarán al ganador los máximos monarcas históricos: Independiente (7), Boca Juniors (6) y Peñarol (5).

El Poderío Económico en Cifras

La supremacía de los clubes brasileños en la última década se sustenta en su poderío económico, reflejado en el valor de sus plantillas. Según el balance de Transfermarkt, la consultora especializada en valoraciones de mercado, esta final enfrenta a los dos equipos más valiosos de Sudamérica:

La cotización combinada de los planteles de Palmeiras y Flamengo supera los 470 millones de dólares, confirmando la concentración de talento y recursos en el fútbol brasileño.

El enfrentamiento de Lima no solo decidirá al monarca de la Copa Libertadores, sino que será la máxima expresión del dominio que los cuadros brasileños han ejercido sobre la región en los últimos años.