Redacción – Pasión X El Deporte | 29 de octubre 2025
La presencia de Vladimir Guerrero Jr. en el clubhouse irradia mucho más que una simple aura de jugador. Su cadena con incrustaciones de diamantes, un colgante personalizado con el logo VG27, brillaba en su casillero, recordándole al mundo que Vlad Jr. se ha convertido en una institución. En la victoria de Toronto 6-2 sobre los Dodgers en el Juego 4 de la Serie Mundial, con su actuación de 2 de 4 con un boleto y un cuadrangular decisivo, el inicialista demostró por qué es sinónimo de esta era de los Azulejos de Toronto.
Guerrero, quien tiene garantizado uno de los contratos más grandes en la historia del deporte (solo superado por Juan Soto en las Grandes Ligas), ha justificado cada dólar canadiense en este octubre. El cerrador Jeff Hoffman encapsuló este sentir:
“Él está jugando por su legado. Está jugando por cómo van a hablar de él cuando termine de jugar.”
El Swing que Alteró la Serie
El martes, el jugador de 26 años añadió otro capítulo memorable a su carrera, conectando el batazo más significativo de su ya inolvidable postemporada. Con el abridor de los Dodgers, Shohei Ohtani, encontrando su ritmo y los Azulejos abajo por una carrera en la parte alta del tercer episodio, Guerrero desató su poder sobre un sweeper que se quedó colgado. El resultado fue un cuadrangular que cambió el rumbo de la serie.
Mientras la pelota surcaba el cielo de California, Guerrero desfiló por la primera base admirando su obra. Cuando el batazo superó las gradas del jardín izquierdo, el hombre del momento soltó enfáticamente su madero y gritó hacia el dugout: “¡Vamo’!”
El rally de Guerrero puso en marcha a los Azulejos. El abridor Shane Bieber entregó 5 entradas y un tercio efectivas de una carrera. El relevo de Toronto, exhausto pero resiliente, contuvo la peligrosa ofensiva de Los Ángeles hasta que la ofensiva de los Azulejos explotó con un suspiro de alivio en el séptimo inning, anotando cuatro carreras. Aunque los Dodgers sumaron una carrera en el noveno, el desenlace fue cómodo para los visitantes. Con esta victoria, los Azulejos empataron la cautivadora Serie Mundial a dos juegos por lado, asegurando que la acción regrese a Canadá para un Juego 6 el próximo viernes.
Dominio Ofensivo y Mentalidad Inquebrantable
El cuadrangular de Guerrero ante Ohtani fue el primero de la serie, pero su séptimo en estos playoffs. El inicialista no solo ostenta los récords de jonrones de postemporada en una sola temporada y de por vida para Toronto, sino que actualmente batea un impresionante .419/ .500/ .806 en estos juegos. Su impacto fue tal que los Dodgers optaron por darle un boleto intencional con una base abierta en el séptimo inning.
Menos de 18 horas después de sufrir una de las derrotas más extenuantes en la historia de la postemporada, Guerrero y su club reorientaron la narrativa. Mientras la mayoría de sus compañeros confesaron no haber dormido bien tras el maratónico Juego 3, debido a la adrenalina y la diferencia horaria, Guerrero no tuvo problemas:
“Para ser honesto, dormí como un bebé. Sabes, fue un juego largo. Sí, duele cuando pierdes un juego así, pero estaba tan cansado que simplemente me fui a dormir,” dijo a los reporteros a través del intérprete del equipo, Héctor Lebrón.
Criado bajo el peso del nombre de su padre, miembro del Salón de la Fama, Guerrero no solo entiende esa carga, sino que la acepta, llegando a declarar tras la victoria en el Juego 6 de la ALCS que “nació para esto”. Sus compañeros lo confirman:
“No sé honestamente cómo lo hace. No puedo imaginar la presión que conlleva eso, llevar ese nombre y esa presión, ganar todo ese dinero, y él lo sigue haciendo. Es un ser humano especial,” comentó el infielder de los Azulejos, Ernie Clement.
A pesar de su contrato multimillonario, Guerrero ha solidificado su reputación como un gran compañero y un trabajador incansable. Su humildad y ética laboral establecen un estándar para el resto del equipo. Su compañero de equipo desde las ligas menores, Bo Bichette, lo ve como algo más simple:
“Desde mi perspectiva, no veo todo eso. Solo veo a uno de mis mejores amigos, de quien he aprendido muchísimo. Veo a un chico que ha madurado enormemente para ser capaz de manejar estos momentos, a quien simplemente le encanta jugar a la pelota.”
El lanzador Max Scherzer coincidió: “Él es solo uno de nosotros aquí dentro, solo uno de los 26 aquí para pasar un buen rato.” La única diferencia, bromeó Scherzer, es que “Él tiene algunas cosas bonitas.”
Esas “cosas bonitas” son merecidas. Guerrero ha cumplido la promesa de su apellido y su contrato. Esta postemporada ha elevado su grandeza, demostrando que no se trata de una buena racha, sino de uno de los mejores bateadores del mundo en su punto máximo. Si bien dos victorias más podrían llevarlo a la inmortalidad deportiva, en este momento, los aficionados son testigos del mejor bateador en la historia de la franquicia en el escenario más grande del juego. Un día, Vladimir Guerrero Jr. tendrá una calle con su nombre, una estatua fuera del Rogers Centre y una placa de bronce en Nueva York. Si no lo es ya, Vlad será El Azulejo.




