“Nunca pensé estar de regreso, pero me lo estoy disfrutando al máximo”, fueron las primeras palabras de Carlos Colmenares al momento de darle las gracias por aceptar la entrevista y preguntarle cómo se siente con su vuelta al terreno.
El polivalente pelotero jugó 10 temporadas en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, con cuatro equipos y con apenas 31 años decidió colgar los ganchos para comenzar así su carrera como técnico.
Desde el 2018, estuvo como coach de Tigres de Aragua, Tiburones de La Guaira y el año pasado fue el coach de tercera de Guerreros del Caribe. Por eso muchos se sorprendieron cuando apareció en el roster de Centauros de La Guaira en esta zafra.
“Lo que bien se aprende nunca se olvida. Tenía cinco años sin jugar, pero nunca dejé de practicar. Me ha ayudado mucho que me mantuve jugando softball, sobre todo el bola rápida que los espacios son más cortos, ha que reaccionar más rápido. Me ha funcionado porque hay que reaccionar de inmediato y en el bateo los resultados se están dando”.
Colmenares es segundo en average del cuadro litoralense (.354) con 23 imparables (segundo del equipo, además tiene seis empujadas y nueve anotadas.
Carlos llegó al equipo con la pretemporada en marcha, como invitado, en busca de hacerse con un cupo en el equipo. No pasaron muchos días para se tomara la decisión que se terminó tomando.
“Fue algo que salió de repente. Llamé a Renny Bernal (gerente general), le dije que me chequeara sin compromisos, que me sentía bien físicamente y al final las cosas se dieron”, atizó.
“Colme”, como varios de sus compañeros lo llaman, tiene la virtud de haber vivido el juego como pelotero activo y como parte de un staff técnico, lo que él considera un plus tanto a la hora de estar en play como de aconsejar a los más jóvenes.
“Me ha servido mucho estar en las dos facetas. Este es un grupo joven que sabe escuchar y ejecutar, entonces considero que tal vez no ahora, pero pensando a futuro se está creando una buena base”, destacó.
El nativo de Valencia ha demostrado que con el pasar de los años y los días en el retiro, la defensa sigue intacta. Ha estado en primera, segunda y tercera base, cubriendo con mucha solvencia, tal y como lo hacía con Magallanes, Tigres, Tiburones y Águilas en el invierno.
“Es una preparación que nunca he dejado de tener. Lo he hecho durante toda mi carrera, así que solo tengo que hacer los ajustes depende de la posición que me toque el día del juego”, señaló.
No es fácil estar alejado del diamante durante cinco años, volver y rendir como lo está haciendo. El buen retorno que ha tenido lo ha hecho pensar más allá de la pelota de verano, a ese certamen del último trimestre del año que tanto disfrutó.
“Si me dan la oportunidad la voy a aceptar. Me siento bien físicamente, voy a seguir trabajando, el resto se lo dejo a Dios”, puntualizó el jugador de 36 años.
La Liga Mayor de Beisbol Profesional se ha convertido en una competición que ha servido no solo para que los peloteros jóvenes den sus primeros pasos, otros con un poco más de edad, que por una u otra razón quedaron fuera del beisbol organizado, busquen una nueva oportunidad; y en este caso, para peloteros como Colmenares resurjan.
“Estoy agradecido con la dirigencia de Centauros por la oportunidad. Asimismo, hay que agradecer a los gerentes de la Liga por crear y mantener este torneo que tanta falta le hacía al país y que está ayudando a muchos jóvenes. A algunos los ayuda a estar activos todo el año y a otros les puede servir como trampolín para volver a Estados Unidos o ligas crecientes como las de Europa. Tenemos mucho material, solo hay que ponerlo a trabajar”, finalizó Carlos Alberto Colmenares